ANACONDA

 

 





Grueso blindaje furtivo que avanza,
el caudaloso Amazonas grandioso,
mientras la presa camina fangoso,
en el deslíz de la muerte con danza.

Sufre el silencio queriendo una chanza,
un detener con el viento filoso,
¡de pronto!, brota un gemir espantoso,
el agua queda por eco en alianza,

con esa paz de la selva peruana,
es Yacumama, viviendo en su frío
y oscuro lecho fluvial pretoriana,

es mi Anaconda, la reina en el río,
que con tremenda presencia profana
llega imponer su letal señorío.




Juan José
29-Julio-2007

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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