VISIONES

 



Sí, me siento encadenado.
Mi existencia transcurre en armonía,
dulcemente enjaulado.
Nada sé de lo que me rodea, es una manía
sentir como vive en mí todo el universo.
¿Amor?, el que yo recibo, el que yo dejo,
es como un proyectil ardiente que traspasa el alma
sin producir orificio de salida ni entrada.
¿Dolor?, el ajeno que es propio
y del que solo percibo el reflejo ensangrentado
entre nubes de olvido y oprobio.
Mala sangre, mal amigo.
Dulce amistad, amarga amistad,
egoismo, humanidad,
amigo tú, amigo ella, ¿amigo yo?,
ni lo se ni me da pena, es como una doncella
que espera la pubertad, es como la núbil
que acecha mi hora...o la de ella.

Interés del pueblo...noticias sociales
para engordar al partido,
beneficio general, igualdad, fraternidad,
nos caemos todos de un nido
buscando la paridad...
Nada quiero saber de inútiles argumentos,
todos me parecen malignos cuentos
que dan de comer y engordar
a los siempre descontentos.

Caminito que bordea el monte subiendo del valle,
abajo quedan brumas, el río
y algunas casitas blancas llenas de frío
menos una, que ciñe su talle
con volutas de humo. En la calle
aguarda tu amor y el mío.
Desde la cumbre no se ve el cielo,
se lo lleva puesto el águila en su vuelo
mientras va contando una historia
que no nos llena de gloria.

Al fondo, entre la bruma,
veo las casitas blancas rodeadas de espliego,
al lado una laguna...
Todas son de piedra con chimenea
y en medio una muy blanca
que aún humea...


Joaquín Pérez de la Blanca y Vida.
11-mayo-2008.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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