ROMANCE DE BRILLO Y SOMBRAS

 



Como palomas, jazmines
que por el pelo cabalgan;
juegan, saltan, llenan, lucen
los sentimientos del alma.
Al caminar con la brisa...
¡ay lunas!, lunas que bajan
y apoyadas en las lomas
se entretienen tras las tapias,
se cuelgan de las farolas
y en agua clara se bañan
con los chorros de la fuente
en mitad de aquella plaza.

Rejas llenas de geranios
¡no atormentad el semblante!
el color que ahora se oculta
tras los hierros del desplante
reventará en jolgorios
azules, rosas, granates
y cual flores de Camborios
con verde aceituna y cantes
cubrirán los callejones
de chiquillos y tunantes.
Balcones, jazmín, geranios,
cárceles de los amantes.

¡Farolas de las esquinas
que aclaráis paredones
tras vuestra luz temblorosa
se alumbran los desamores!.
¡Sombras, mirad por los suelos
los desvelos y traiciones!.
¿Quién mató a la pecadora?,
fulgor de acero a jirones,
luces de la dulce aurora
despacharon a Dolores
y en su cuerpo florecieron
cuatro rosas, rosetones.

Bajan los hermanos Reyes
y algo reluce en sus manos,
el pelo largo nublado
también les brilla, rizado.
Ni el olor de los jazmines
ni el color de los geranios
ni la rejas hierro negro
les hacen perder el paso.
Los cuatro pisan tan fuerte
que hasta retumba en los patios
y la luz de la farola
casi se apaga al mirarlos.
Rayos despiden sus ojos
que hieren como venablos.
¿Dónde están los mal nacidos
que a la Dolores mataron?.

Allí esperan los de Antonio
flor y casta de gitanos
que no dan un paso atrás
aunque a Dolores mataron.
La sangre de aquella rosa
aún manchaba sus manos
y uno de ellos llevaba
reflejado entre sus labios
los besos dulces, traidores,
amargos besos malvados
de aquella hembra que amó
mientras él era engañado.
La ley gitana es sagrada
se cumple y se ha acabado,
aquella mujer traicionó...
la sentencia ha terminado.

Joaquín Pérez de la Blanca y Vida.
8-marzo-2008.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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