EVOLUCIÓN (ovillejo mayor)

 



Otoño, tiempo de frondas doradas,
inquieta sucesión de madrugadas
que las brisas alteran suavemente.
Casi sin ruido
perderá con dulzura el fuego ardiente
que lo mantuvo firmemente unido.
Lanzará su baile de hojas al vuelo
presionando sus cuerpos en el suelo
y los dormirá blanda, lentamente,
sin que haya duelo.

Almas que ya no esperan primavera,
temblorosas hojas cambiando su oro,
que no es decoro,
por el hosco marrón de la madera.
Ojos azules
que parecen vencidos por fuera
convirtiendo su brillo añil en gules
o en un gris triste, cansado, con velo.
Sueñan con retoños, verde quimera,
miran al cielo

Joaquín Pérez de la Blanca y Vida.
10-octubre-2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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