YA NO TE ENVIARÉ MÁS ROSAS

 



Para ella, la más bella.

Pues te aseguro preciosa
que siento tu decisión
y llegada la ocasión
he de decirte una cosa.
Tenía guardada una rosa
tan roja y tan suave
como las plumas del ave,
aquella que en el Paraíso
el mismo Dios siempre quiso
y de amor fuera la clave.

Tu no la quieres?... lo siento,
porque había puesto en ella
para ti, siendo tan bella,
lo mejor del sentimiento.
Me voy sin más aspaviento
a llorar mi soledad;
nunca veré con maldad
la decisión que tomaste
y aunque a mi me destrozaste
siempre serás mi verdad.

Joaquín Pérez de la Blanca y Vida.
30-septiembre-2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER