Y
al último bostezo del alba...
respiraré el vaho brumoso del rio
sacando mi boca desesperada por morder el aire...
Dejaré
de dar brazadas...
inútiles y nerviosas contracorriente
para ser arrastrada por los rápidos
en sacudidas violentas e hirientes...
hasta llegar al remanso
acunando sueños en los recovecos de mi mente...
recordando...
el reir del niño
y olvidando...
el llorar del hombre...
Solo
se interpondrá entre mi mirada y el cielo
las ramas de los árboles
que...insolentes...
quieren llegar a la otra orilla
y besar su borde...
Y
así...
embebida en la calma...
sentiré agolparse los escuálidos latidos de las carótidas
marcando...
los segundos finales y sublimes de mi vida...
Desembocaré
en el mar...
y
seré libre!!!
En
memoria de Raul
Clarise.