NOCHE DE BODA

 

 

Sólo con el reflejo de la luna
que entra a través de límpido cristal,
se ve tu cuerpo ardiente, servicial,
y yo febril de la pasión hambruna.

Espero, para hacer de esta fortuna,
un minucioso estudio de carnal
ansia, y romper pureza virginal
que ofreces, cual manjar, para mi ayuna.

La sed aplacaré en el manantial
que son los rojos labios de tu boca,
libando el jugo del amor nupcial.

El hambre lujuriosa que disloca,
la saciaré si el rígido puñal
perfora tu tesoro, en noche loca.




Carlos
31 de enero de 2008

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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