Rebosas voluntad
¿qué milagro me ofreces?
Si de todo careces.
¡Honro tu lealtad!
Valoro tu amistad
y pagaré con creces,
lo que en verdad mereces
por esa honestidad.
Siempre estaré contigo,
no tengas duda alguna,
mi venerado amigo.
No existirá ninguna
razón, y si castigo,
al quebrantar mi cuna.
Carlos
9 de enero de 2008.