JARDÍN

 

 

Eres jardín de rosas y claveles florido,
la huerta de jazmines que mi vida perfuma,
eres aliento y alma, soplo que no se esfuma
en este andar penoso, bálsamo preferido.

Si el céfiro calmara, nuevamente herido
otra vez estaría, sin manto que rezuma
las gotas de cariño, al igual que el que fuma,
le queda la ceniza y el corazón dolorido.

Ese vergel que ofreces, lo tendré placentero,
y ambos disfrutarlo, con todos sus colores
que forman arco iris en cielo pebetero.

Con el olor sutil, azahar del limonero,
de delicado aroma que dan sus albas flores
seré sin duda su más ansioso jardinero.

 

25 de abril de 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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