LIBÉRAME

 

 

 

Déjame ciego, Dios, para no verla,
ni recordarla, ¡borra mi memoria!,
anula de mi mente vil escoria
y apaga mi alma para no quererla

Sella mi boca para no ofenderla
y mis oídos tapa a su oratoria
Libar no quiero su amarga chicoria,
el sabor agrio me hace aborrecerla.

Anula mis sentidos corporales
y anímicos, concédeme el empeño
para librarme de aquellos zarzales

en los que lucho, como en un mal sueño,
no quiero ser esclavo de fatales
ardides, pues no soy de su amor dueño.

 


9 de marzo de 2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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