TU CASTIGO ES EL MíO

 

 


Tu castigo es el mío, nuestra condena
la cumpliremos sin prisa ni pausa.
No tiene explicación, es nuestra causa,
con dolor, sin perdón para tal pena.

Quizá ya no tengamos vida plena
para sofocar semejante brasa,
que nos corroe, acongoja, nos abrasa
todo nuestro ser como vil gangrena.

Con vida y perspectiva, aprovechemos
el tiempo que queda libre la farsa
maldita y la coexistencia alegremos.

Por mucho que la fatalidad pueda,
esta circunstancia tan enojosa
no podrá disipar la luz que aún queda.


Viernes, 10 de marzo de 2006.

Carlos.

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLVER