LA SOÑADORA Y EL TROVADOR

 


Las sábanas blancas están tendidas de un cordel.
El viento las mueve como si danzaran para el sol,
y la mujer que las tiende
entona una canción.

Agradece el día en que el sol se muestra generoso
y al tiempo que la ha permitido
hacer las tareas mucho antes de lo pensado.

Canta, animada por el día
y de pronto una canción le recuerda otra
y no para de cantarla.

Es una balada especial
que un creador de sueños hizo para ella,
la canción se alojó en su corazón,
y quien se la regaló también.

Quisiera olvidar, pero no puede.
Quisiera dejar de amar,
pero siente que si lo hace,
su corazón se convertirá en piedra,
que lejos de darla serenidad,
la mantendrá en una dura carga,
que no puede ni desea afrontar.

Tiene pareja, y junto a esta
el fruto del amor que es la descendencia.
Su marido es un hombre bueno
que la adora,
y ella le quiere.

Sus hijos son la ilusión
de cada anochecer y cada despertar,
y ella vive feliz en su hogar.
Pero su corazón, ama al trovador.

Hombre pendenciero y soñador,
que la hizo soñar a ella.
Paladín de las letras y la espada.
Con más amantes
que canciones compusiera,
pero que la ama a ella
por encima de todo.

Él respeta su vida,
y nunca haría nada por enturbiársela.
Él la ama y la da la libertad
de poder amarle.
De quererle, abandonarle,
volver a buscarle.
Encontrarle,
porque el siempre está para ella.

Pero el tiempo pasa.
Cada vez es más dura la separación
y quisiera poder olvidarle,
aunque no puede.

Quisiera que quedara un bonito recuerdo
de un amor especial,
pero el recuerdo,
tan solo la sirve para soñarle.

Hoy llegará su marido.
Cansado del trabajo,
pero con la alegría de reunirse con su familia.
Se amaran y él, cansado,
dormirá contento con su hogar.

Adora la paz que su familia le da,
y eso le da fuerzas, para continuar.
Pero ella no dormirá,
porque después de amar,
se pondrá a soñar,
y volverá amar.

Su corazón crecerá y brillará,
lleno de sueños.
Y en ellos, un trovador,
al que quiere olvidar,
pero no puede.

Al que quisiera no haber empezado amar,
pero pensar eso la daña el corazón.
El trovador nunca se ira,
nunca volverá,
si ella no va a buscarlo.
Pero siempre estará,
y siempre la seguirá amando

El viento mueve sabanas blancas,
entonando una canción.
Para que llegue lejos,
allí donde está su amor.
Y el sonido de un beso,
llevará el recuerdo de aquellos
que su amor les regaló.
Y los sueños seguirán
creando poemas de amor,
y en ellos un espacio,
solo para los dos.

Una mujer ama, después de amar.
Una mujer sueña, y su sueño, nunca perderá

Al-campoamor.
13-abril-2007.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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