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Cada día que pasa me convenzo más de que el gobierno de España ha caído en manos de una serie de energúmenos que no tienen ni repajolera idea de la historia de nuestra Nación.
Es de una desfachatez intolerable que unos señores que ya en 1934 comenzaron una guerra civil contra la República democrática, iniciada en la sublevación de Asturias y sofocda por el propio gobierno republicano al precio de 1.200 muertos e incalculables daños materiales, y que en mayo de 1936 dieron otro golpe de Estado, destituyendo, en contra de lo dispuesto por la Constitución y las leyes, al Presidente de la Republica, D. Niceto Alcalá Zamora, se nos quieran ahora presentar como los verdaderos adalides de la libertad y de la democracia.
Existe tanta documentación escrita y gráfica de las atrocidades que cometieron los antecesores de estos modernos émulos de Largo Caballero, que se carcajea uno al oir que están pretendiendo modificar la historia mediante una ley votada en Cortes por los herederos de los que en aquel periodo, aparte de defenderse de las tropas nacionales, se mataban entre sí, como hicieron en Cataluña los comunistas y anarquistas, o en Madrid los socialistas y los republicanos moderados.
Lo único que están consiguiendo es reavivar en la memoria de los españoles de bien, el recuerdo transmitido por nuestros padres de tantas atrocidades soportadas. Pero la historia no la cambiarán. La historia y lo historiadores son tozudos y no se pliegan a las maniobras electoralistas de cuatro arribistas que alcanzaron el poder infringindo la Constitución de 1978 y la Ley electoral, calumniando en TVE, el día de reflexión, al gobierno legalmente constituído.
Aún estamos aguardando los españoles a que se nos cuente la verdad sobre lo que pasó en el atentado de Atocha. Eso sí nos interesa. Y mucho. No las ruedas de molinos con las que nos quiere hacer comulgar el gobierno y los partidos que lo apoyan, asignandose el papel de buenos en una guerra, ya muy lejana, para atribuir el papel de malos y herederos del franquismo "criminal", a un partido que, y es lo más jocoso del asunto, no participó en aquella conflagración, pues al contrario del PSOE, PSE, PSC, PC, CiU, no había nacido aún.
Son estas siglas que, mientras subsistían gracias a la ayuda de las Brigadas Internacionales comunistas enviadas por Stalin, eran las que se dedicaban a asesinar inocentes en su retaguardia y a matarse entre sí, en enfrentamientos estériles.
La gente de bien. Los descendientes de aquellos españoles que fueron encarcelados, asesinados y perseguidos por las hordas rojas, también tenemos memoria histórica. No les quepan dudas. Y se la transmitiremos a nuestros hijos, nietos y biznietos. Y hoy, 19 de julio de 2006, estamos celebrando el 70 aniversario del día en que la gloriosa Legión y las Fuerzas Regulares de África, cruzaron el estrecho de Gibraltar para poner orden en un país que los antecesores de nuestro ínclito Jefe de Gobierno habían convertido en una verdadera casa de putas. (Dicho esto con el máximo respeto para las trabajadoras del amor)
Antonio
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Paz y Amor para todos
Antonio
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