Foro sobre Manolo Escobar

[mr.porompompero]

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Manolo Escobar tuvo sus entradas

Redacción - 13/11/2007 03:00Confieso que haber dirigido el Eurobasket celebrado en España ha sido una de las experiencias más gratificantes, fascinantes e intensas de las muchísimas que me ha dado el baloncesto a lo largo de mi vida. Gracias, Pepe. No cabe duda de que esta sensación personal (que comparten todos los que han trabajado en la organización del evento) se debe, con un peso específico importante aunque podría enumerar muchas otras en clave personal, al éxito organizativo alcanzado. De ello nos congratulamos todos, la FEB, estamentos baloncestísticos del país, así como los compañeros de viaje que fueron factor clave en la organización (instituciones, ciudades, patrocinadores, FIBA Europa, medios de comunicación). El oro del equipo español habría sido la bomba (de vez en cuando me permito la licencia de ser forofillo) pero es sólo un detalle, puestos a ser exigentes, que no cambia en nada el magnífico trabajo realizado.

Esta sensación, que como decía tenemos todos, me la ratificó una conversación que mantuve con Patrick Baumann, Secretario General de FIBA, tomando una caña al acabar la final, algo más relajados después del ajetreo del campeonato: "En la balanza final la enorme satisfacción que me llevo de aquí es que FIBA ha crecido con este campeonato y se ha dado un gran salto cualitativo en la organización de nuestros eventos". Tengo que reconocer que me lo dijo justo después de la final, y pensé que eran palabras más de ánimo que otra cosa. Pero el tiempo y la distancia me han permitido reconocer que no eran palabras triviales lanzadas al viento.

Eso sí: desde dentro un Eurobasket es una locura. Se hace difícil imaginar la cantidad de cosas que hay que hacer ¡Madre mía! Revisar, preparar, controlar, coordinar, atender… Comer, se come cuando se puede, y a veces hasta de pie. La famosa dieta del aquí te pillo aquí te mato, bocata o canapé. Y dormir, pues aún menos, poquísimo, no un día sino los catorce que dura el campeonato, más lo acumulado antes. Y siempre pendiente del móvil: hubo jornadas de gastar dos baterías y media. En las reuniones de la mañana para preparar el día ¡ojo, eran a las 8.00 h.! había que ver el careto del equipo. Nos preguntábamos qué tal habíamos dormido y se nos saltaban las lágrimas.

Era tal el cansancio y desfase orgánico que el úlrtimo día, horas antes de la final, me paran en el hotel y me dicen: "Hola, Montero, soy Manolo Escobar, necesito cinco entradas". Y yo a la carrera le contesto: "Lo siento, no tenemos". Y sigo andando. Unos pasos después me paro y me digo: "¡Coño, Manolo Escobar!" A él hace años le robaron el carro, y a mí el Eurobasket casi me roba el tarro. Pero Manolo Escobar tuvo sus entradas
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Iván P.R.